En el siglo XIX en la época en que el Árbol Indio del Coral o ngatae florecía en julio, aparecían las ballenas jorobadas o to’ora ( Megaptera novaeangliae) en aguas de Rarotonga. Días antes de su llegada los habitantes de la isla preparaban sus equipos de pesca y cuando sonaban las pu o conchas de tritón anunciando el soplido lejano de los cetáceos corrían hasta la playa para embarcarse en sus botes .
Una vez las ballenas eran arponeadas, las conducían hasta el puerto natural de Ngatangiia, en Rarotonga . Allí la grasa era hervida en grandes bidones de hierro para extraer su aceite, el cual más tarde era vendido en barriles a los buque balleneros que se acercaban con tal propósito al archipiélago.
La industria ballenera en las Islas Cook tuvo su fin en 1914 y hoy tan sólo quedan algunos recuerdos de aquella época, como la barcaza y la enorme olla de hierro que se exhiben en el Cook Island Museum en Avarua. Hace veinte años era muy raro ver a una yubarta retozando en las cálidas aguas de las Cook sin embargo hoy, protegidas, vuelven a poder avistarse cercanas a sus costas.