Las recientes inundaciones en Fiji son hasta la fecha las peores que han sufrido esta nación de Melanesia, enclavada en el Pacífico Sur. La mayoría de los refugiados 12.000 aproximadamente y que se encuentran en unos cincuenta centros de evacuación, son residentes en el área oeste de la isla de Viti Levu. Aunque la depresión tropical se ha sentido también en el sector meridional y oriental en Sigatoka, Nausori y el delta del Rewa a pocos minutos por carretera de la capital fijiana, Suva.
Algunos de los centros donde han sido trasladados no disponen en estos momentos de electricidad, agua y suministros circunstancia que intenta solventar a contra reloj el centro de gestión de catástrofes DISMAC, según confirmo su director Pajiliai Dobui. Tal circunstancia, y las mínimas condiciones de salubridad en los centros, hacen temer al Centro de Operación Nacional de Emergencias el brote y propagación de enfermedades pudiendo causar una crisis sanitaria. Las aguas estancadas pueden favorecer enfermedades como el dengue , la leptospirosis, el tifus y la disentería, enfermedades que afectaron ya a un número considerable de fijianos tras las recientes inundaciones de enero de este mismo año.
El puente, que da acceso a Nadi llegando desde el Aeropuerto Internacional, tan sólo puede alcanzarse desde la ciudad conduciendo desde la Nadi Back Road a través del Parque del Príncipe Carlos; la calle principal de la población se encuentra cerrada y custodiada, las aguas alcanzaron aquí niveles nunca vistos, cerca de 10 metros, afectando a zonas que nunca antes se habían visto inundadas por lluvias torrenciales. Los centros de las ciudades de Ba, Lautoka y Sigatoka esta última al sur de Viti Levu, continúan restringidos al tránsito. La lluvia y el viento parecen haber cesado en Nadi, población aún sin electricidad y con los alimentos de los comercios y supermercados en proceso de descomposición, aunque no en otras localidades insulares.
El número de muertos, desde el pasado jueves, es de siete habiéndose levantado la alerta emitida a causa de Daphne, que se encontraba ya este martes a 900 kilómetros al sur del archipiélago. Aunque el ciclón ya no representa una amenaza, se han anunciado lluvias intensas y la posibilidad de nuevas riadas en el área occidental de Viti Levu, la más afectada por las inclemencias climatológicas. Algunos vuelos permanecen suspendidos mientras que Air Pacific, compañía nacional fijiana anunció que reanudará sus operaciones gradualmente y en cuanto lo permita el tiempo, permitiendo la evacuación de miles de turistas, muchos de ellos australianos y de Nueva Zelanda, ansiosos por abandonar las islas.
Los primeros países en ofrecer ayuda humanitaria han sido Australia y Nueva Zelanda con donaciones de un millón de dólares australianos y medio millón de dólares neozelandeses, destinados a trabajos de emergencia en las áreas más afectadas del archipiélago. Los daños causados son inmensos, cientos de familias sin hogar, puentes, comercios e infraestructuras arrasados por las aguas, carreteras cortadas y campos de caña de azúcar anegados, arruinando una parte considerable de la cosechas. Aquí imágenes de las inundaciones en Fiji.
Articulos de Interés:
Fiji bajo las aguas y en alerta ante posible ciclón tropical
El Gobierno de Bainimarama declara el estado de emergencia en Fiji tras graves inundaciones