140 km à l’ouest du paradis (2020) el largometraje documental de la joven cineasta Céline Rouzet, nos lleva hasta el corazón de Papúa Nueva Guinea, a las Tierras Altas, enclave que atrae tanto a visitantes ávidos de exotismo como a compañías petroleras extranjeras. Aquí es donde las tribus se reúnen para bailar previo pago, ante la invasión de unos turistas ajenos a la realidad del pueblo melanesio que habita este territorio; es aquí también, donde resguardados de las miradas ajenas, una familia Huli y su clan cedieron sus tierras a ExxonMobil ´, soñando con una modernidad que jamás llegó. Atrapados entre tribus rivales, políticos codiciosos y la multinacional norteamericana que explota el gas natural , sienten que la tierra `se les escapa bajo sus pies, mientras los turistas centran sus objetivos en bailes vacíos de significado´.
Rouzet explica que estaba interesada en Papúa Nueva Guinea no por razones etnográficas, sino para demostrar la influencia que tenemos en este mundo, y una colonización que sigue su curso. `Nunca hemos dejado de destruir este mundo, de explotarlo, de mirarlo sesgadamente, de tomarle una foto¨.
Lo que le da toda su fuerza de denuncia a esta película, es aquello que nos habla de un imperialismo cínico y brutal, de la destrucción sin escrúpulos del medio natural. La expropiación, aculturación y desintegración de tribus, destrucción de culturas ancestrales, abuso de confianza: la lista de las fechorías cometidas por el grupo ExxonMobil es extensa, todo en nombre de la comodidad y bienestar de los occidentales.