Este mes se estrenó en el Festival de Cine de Venecia Tanna , la historia de un amor prohibido en una remota isla de la Melanesia. La película se centra en la figura de Wanna, una mujer forzada a casarse con un miembro de una tribu rival a pesar de estar enamorada de Dain con quién huirá para vivir su propia historia de amor. Los directores del largometraje, los australianos Bentley Dean y Martin Butler, acudieron al estreno en la Mostra acompañados de varios miembros de la tribu Yakel, para presentar una historia basada en hechos reales que tienen como escenario uno de los paisajes más bellos del Pacífico Sur. En el filme, rodado en la lengua de los Yakel, juega un papel importante el Monte Yasur , volcán activo que domina la isla de Tanna.
`No hicimos la película con el objetivo de enviar un mensaje en particular. La hicimos para presentar una cultura única pero de una manera adaptada a una audiencia occidental´, explica Butler. Los doscientos miembros de la tribu Yakel rigen su existencia a partir dela kastom; conservando intactas sus viejas tradiciones. El término kastom en lengua bislama se refiere a la costumbre tradicional, un elemento fundamental en el modo de vida ni Vanuatu.
`Nuestro mensaje al mundo, a todas aquellas personas que vean esta película, es, simplemente, que existimos. Vivimos en una pequeña isla del Pacífico. Existimos. Estamos allí, ha explicado Jimmy Joseph Nako, uno de los miembros de la tribu Yakel.`Aprendimos muchas cosas de ellos mientras los observábamos, asegura Bentley Dean. Son gente muy sana, muy feliz. Hacen bien las cosas. Y no siempre ocurre lo mismo en la sociedad occidental´.
El equipo de rodaje estuvo formado por apenas cinco personas. Tanna ha sido proyectada en Venecia como parte del programa de la Semana de la Crítica. En octubre el filme participará también en el Festival de Cine de Londres y más tarde en el de Adelaida en Australia.
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