Tatau, expresión de identidad cultural

El arte del tatuaje  en Tahiti  y sus Islas  estuvo al borde de la desaparición  hasta que  en la década de los ochenta el esfuerzo de su revitalización entró en escena. Tatau  La culture d’un art (2014)  es un documental dirigido por  Jean-Philippe  Joaquim  el cual nos trae la historia del tatau  que  hace ciento cincuenta años trato de ser eliminado por  los misioneros europeos quiénes  lo consideraron  una  práctica erótica asociada a la desnudez y un impedimento al buen desarrollo de la  labor evangelizadora y  occidentalizadora  que pretendían  proyectar  sobre la sociedad polinesia.   Para los tahitianos  el tatau  expresaba su identidad cultural que dibujada sobre su anatomía en unas ocasiones  indicaba genealogía o  status social  y otras,  madurez sexual  o  logros personales. El documental, premiado en el pasado Festival International du film Océanien (Fifo) de Tahiti,   no es del agrado de los maestros tatuadores  marquesanos que  han  denunciado  el cúmulo de amalgamas y  falsedades que en el se encuentran, confundiendo el tatuaje tahitiano con  el marquesano.

En la década de los setenta cuando jóvenes polinesios pudieron viajar a Francia y estudiar en la universidad, empezaron a  tomar conciencia de su identidad cultural,  disponiéndose  a  investigar sobre  los   tatuajes  que sus  antepasados llevaban orgullosamente  grabados sobre la piel .  En Tahiti  muchos diseños del tatuaje, al no haber sido registrados,   se perdieron  para siempre;  por lo que la  información encontrada  fue escasa.  El tiki patu  en  las islas  Marquesas  aguantó mejor el embate de la influencia  de los misioneros  y conservada parcialmente su práctica pudo  sobrevivir a las agresiones externas y a su desaparición.

Karl von den Steinen  viajó al archipiélago en 1897 y allí comenzó a dibujar todos los diseños   marquesanos   conocidos e intentar descifrar sus significados.  El etnólogo alemán  publicó un libro al que los tatuadores  de Tahiti y sus Islas  recurrieron  habitualmente sin embargo,   en aquellos  años  de descubrimientos  tenían acceso tan solo  a los diseños,  pero no a la técnica de aplicación la cual  llegaría de la mano de polinesios originarios  de Samoa.

A Tavana Salmon, empresario tahitiano residente en Hawaii,  se le atribuye en la década de los ochenta  la revitalización del arte del tatuaje en Tahiti y sus Islas;  cuando expresó su deseo de que los componentes de su grupo de baile  pudiesen lucir tatuajes tradicionales. Salmon no dudo en viajar  a las islas Samoa conocedor de que los habitantes de aquellas islas   aún aplicaban el tatuaje con instrumentos tradicionales y donde los esfuerzos de la iglesia de suprimir su práctica no habían conseguido su fin.

En un primer momento  los samoanos se negaron a tatuar diseños tahitianos o marquesanos por lo que Salmon se  obligado a  ofrecerles una importante  suma de dinero  para que complaciesen sus deseos. A  petición del matai o jefe de mayor rango,  fue requerido a  proveer alimentos  a toda la   aldea y el maestro quién debía aplicar los tatuajes,   compensar su  labor con una vaca.

La  revitalización del arte del tatuaje en Tahiti y sus Islas no hubiese sido posible sin la ayuda de los  diseños marquesanos  y  la técnica  y aplicación de los  samoanos.

Cuando los polinesios de Tahiti  se propusieron revitalizar  e impulsar nuevamente el arte del tatuaje,  lo hicieron inspirados en aquellos diseños cuyo origen se encuentra en las  Marquesas y más tarde, descubriendo aquellos  propiamente tahitianos, samoanos, tonganos, de Hawaii e incluso Rapa Nui; todos estos tatuajes y sus diseños se fusionaron dando como resultado una mezcla cultural polinesia  que  al mismo tiempo  se refleja en la  población de Tahiti y sus Islas.

Si  hoy día uno hoy pasea por las calles de Pape’ete, capital de Polinesia Francesa, resulta difícil encontrase con tahitianos mayores de edad  con  tatau que cubran sus cuerpos. Tanto  hombres como mujeres se tatúan, las tahitianas hacían uso del tatau hasta el siglo XIX.   Los tatuajes que lleva la nueva generación adoptan  una fusión de diseños tahitianos,hawaiianos, samoanos y māori.   Hacerse  un tatuaje   en  el antebrazo, en el tobillo o en cualquier otra parte del cuerpo,  es hoy una forma de reivindicar la identidad cultura ma’ohi.  Otros  se tatúan  por motivos puramente estéticos o como elemento de atracción sexual. En ocasiones las reacciones de las familias de estos jóvenes no son del todo  positivas ya que para muchas personas mayores, bajo la influencia represiva del colonialismo y de la iglesia y junto a la lengua tahitiana, estos estaban prohibidos. En el pasado  los únicos que llevaban tatuajes eran los bailarines, los marginados y los inadaptados.

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