Vaine Wichman, economista y experta en desarrollo de las Islas Cook ha dicho que hasta que el gobierno de este archipiélago polinesio no ponga en marcha una financiación adecuada destinada desarrollar la industria e infraestructuras en las islas exteriores, estas seguirán sufriendo la despoblación. Las últimas estadísticas publicadas muestran que en los dos últimos años la población total residente en Pa Enua o islas exteriores a descendido de 14.000 a 13.400 habitantes. Wichman dice que las autoridades tienen que tomar el asunto seriamente ya que cada vez son más las personas que dejan el archipiélago con la intención de encontrar mejores oportunidades de trabajo; especialmente en Aotearoa Nueva Zelanda, país al cual tienen libre acceso para residir y trabajar.
Los habitantes de estas islas decidirían quedarse en estas en tanto en cuanto el gobierno destinase más fondos para el desarrollo de proyectos de pesca, agricultura turismo y artesanía; del mismo modo una mejora en las instalaciones aeroportuarias y en puertos animaría a muchos polinesios residentes en el extranjero, a regresar a las Islas Cook. Kuki ‘Āirani están divididas en dos archipiélagos, en base a su lejanía, formación geológica, flora, fauna, recursos naturales y población. El grupo norte es de formación coralina, atolones que apenas se elevan unos pocos metros sobre el nivel del mar, y suelos muy pobres que limitan su agricultura. Algunos de los atolones están más cerca de Samoa que de la capital Avarua, enclavada en Rarotonga. El grupo meridional acoge el mayor número de población y posee suelos volcánicos muy fértiles con gran diversidad de árboles y plantas. La isla mayor es Rarotonga, la composición de Atiu. Mauke, Mitiaro y Mangaia se caracteriza por espectaculares formaciones de coral fosilizado enclavadas en el interior.
La cuestión es integrar a todas las islas en el conjunto de la economía nacional para evitar el éxodo de la población. Rarotonga es el centro de la industria turística sin embargo, las islas exteriores tienen dificultades a la hora de suministrar alimentos, artesanía y otros productos para poder disfrutar de beneficios económicos. Los atolones del norte pueden estar hasta seis semanas sin recibir la visita de un carguero, sus habitantes no desean abandonar las islas pero si estas medidas que se exigen al gobierno no son tomadas a tiempo, no les queda más remedio que plantearse la partida en busca de mejores horizontes económicos.