Beatrice Ethel Grimshaw nació en 1870 en Cloona, Antrim (Irlanda). Desde su infancia fue un espíritu inquieto y una mujer independiente. Hasta 1903 ejercería como periodista y trabajando para compañías navieras en Inglaterra, España y Estados Unidos, aunque su gran sueño era viajar a las Islas del Pacífico. Embarcándose en San Francisco en 1904, navegó rumbo a Tahiti y durante cuatro meses surcando aguas del Pacífico Sur; periplo oceánico donde haría escala en las Islas Cook, Samoa y Fiji. Residiría dos meses en la lejana y diminuta isla polinesia de Niue. Trabajaba para el Daily Graphic y por encargo, para gobiernos y compañías privadas entre los años 1904 y 1905. Promocionaba turisticamente aquellos archipiélagos polinesios y Nueva Zelanda; animando del mismo modo a europeos a asentarse como colonos en el archipiélago fijiano.
En 1907 su libro In the Strange South Seas será publicado en Londres, relatando Grimshaw sus extraordinarios viajes por paisajes remotos y desconocidos, describiendo al mismo tiempo y con detalle las costumbres y estilo de vida de las poblaciones visitadas ; así como una descripción exhaustiva de la flora y fauna de la región. Este este mismo año y por encargo de The Times y el Sydney Morning Herald viajará a Papúa Nueva Guinea donde residirá durante más de treinta años, ya no regresará más a Europa. Entre 1917 y 1922 se hará cargo de una plantación en Samarai en Papúa Nueva Guinea y más tarde en 1923 y 1926 acompañará intrépidas expediciones fluviales por el Sepik y el Fly. En 1933 fundará una plantación de tabaco en la vecindad de Port Moresby junto a su hermano Ramsay viajará de nuevo a Fiji, Samoa y Tonga finalizando así sus aventuras en los Mares del Sur. Beatrice moriría en Kelso , Nueva Gales del Sur (Australia) en 1953 y a la edad de 82 años. Sus obras entre las que destacan From Fiji to the Cannibal Islands (1907) Vaiti of the Islands (1908) , The Savage South Seas ( 1908) y Conn of the Coral Seas (1922), son aún hoy consultadas por académicos, donde en sus páginas dedicadas a las islas de Melanesia destacan relatos de canibalismo, cazadores de cabezas y magia tradicional.