Un investigación llevada a cabo por la AHRC da conocer uno de los episodios más violentos de la historia de Papúa Occidental el cual afirma que los helicópteros proporcionados a Indonesia por el gobierno australiano, fueron utilizados en la década de los setenta en operaciones militares indonesias. De acuerdo con el informe elaborado por la Asian Human Rights Commission (AHRC) con sede en Hong Kong, dos helicópteros Iroquois suministrados por Australia, estaban entre los aviones utilizados por el comando regional militar en Papúa Occidental y en aquellas operaciones efectuadas en las tierras altas centrales de esta parte de la isla de Nueva Guinea , matando a miles de civiles en 1977 y 1978.
El informe de la AHRC, The Neglected Genocide: Human Rights abuses against Papuans in the Central Highlands, 1977–1978, detalla asesinatos en masa producidos por los bombardeos y ametrallamientos aéreos, ambos haciendo uso de napalm y bombas de dispersión en los alrededores del Valle de Baliem donde el apoyo al Organisasi Papua Merdeka (Movimiento Papúa Libre) era más intenso y enclave donde habían aumentado las tensiones en el período previo a las elecciones nacionales de 1977. En uno de los incidentes descritos en la investigación los aldeanos melanesios, mientras esperaban la llegada de aviones que les proporcionaría ayuda según prometida por Australia, fueron bombardeados con napalm desde OV-10 Bronco proporcionados por los Estados Unidos. El informe, que ha sido elaborado durante tres años, recoge entrevistas a aquellos que sobrevivieron a las operaciones militares llevadas a cabo en 15 comunidades de Papúa Occidental y hace uso de los relatos proporcionados por los testigos, junto a la información proporcionada por los registros históricos, para compilar una lista de los nombres de los 4146 personas asesinadas identificadas.
Además de los bombardeos aéreos y tiroteos indiscriminados, el informe describe una serie de atrocidades infligidos a los melanesios y llevados a cabo por soldados indonesios, en las operaciones militares que tuvieron lugar en las tierras altas centrales de Papua Barat. Los habitantes de las aldeas, según relata el informe, fueron agredidos y cortados con navajas, obligados a comer los excrementos de los soldados, arrojados a `pozos, ahogados, enterrados, quemados e incluso hervidos vivos
Los investigadores recopilaron información de mujeres que fueron violadas, mujeres a las que se le cortaron los pechos y que se les sacaron sus órganos internos. A los hombres asesinados se les cortó previamente el pene y se les obligo a metérselos en la boca. Se relata del mismo modo la introducción de varillas de hierro al rojo vivo introducidas en le recto de los hombres hasta que morían. Según varios relatos, se disparó a bebés y niños pequeños que fueron salvajemente decapitados y quemados vivos.
El Gobierno de Indonesia nunca ha reconocido que tuviesen lugar asesinatos masivos y atrocidades tales como las descritas en el informe, negando haber usado napalm o bombas de racimo en Papúa Occidental. El director de política y programas del Asian Human Rights Centre, Basil Fernando, ha dicho que miles de personas en Papua Barat recuerdan los hechos descritos en el informe y que la información sobre estos no había sido difícil de obtener. Añadiendo, que `lo más sorprendente es que durante todos estos años a penas haya habido ninguna investigación sobre este gran número de asesinatos y que las cuestiones políticas básicas siguen sin resolverse. ´- El `patrón de violencia masiva´ aplicado, subraya la AHRC, constituye delito de genocidio. Los autores del informe señalan que su investigación es `consistente con las estimaciones´ una cifra de muertos que se calcula entre 5000 o cientos de miles más. La AHRC ha pedido una disculpa, resarcimiento legal y un proceso de diálogo por parte del gobierno de Indonesia, como un `paso necesario´ para hacer justicia y lograr la reconciliación.