La policia de Fiji confirmó que esta colaborando con la Interpol para investigar denuncias de militantes fijianos que se están uniendo a los talibanes. La Fiji Muslim League ha rechazado las alegaciones sin embargo Lucas Rawalai, director del departamento de investigación criminal, declaró el pasado sábado que las autoridades estaban `tomando esto muy en serio´ para seguidamente subrayar que los ciudadanos fijianos que se incorporan a las filas talibanes estararían violando las leyes antiterroristas de Fiji y por lo que ello sería tratado como un `crimen mayor´ . El asunto se esta investigando con la asistencia de la Interpol comunicó Atunasia Sokomuri, inspector de la policia. En Pakistán, un representante de los talibán anunció la incorporación a su causa y a finales del año pasado, de algunos ciudadanos fijianos. La liga Musulmana de Fiji ha reconocido la presencia en Pakistán y con motivo de perfeccionar sus estudios islámicos de algunos musulmanes aunque aclarando su desconocimiento ante las posibles conexiones con los talibanes. Hafizud Dean Khan, presidente de la institución declaró que no entiende los motivos que afirman la presencia de fijianos, a menos que el objetivo sea impulsar su iagen internacional.
`No hay ninguna razón para pensar que los musulmanes estén oprimidos en Fiji, pués nuestro país permite la existencia pacífica de todas las confesiones´ declaró a diário nacional Fiji Times. Fiji, acoge una de las comunidades musulmanas más numerosas y dinámicas de la región del Pacífico Sur , unas 70.000 personas, la mayoría de ellas de origen indio. La mezquita más grande de Oceanía, se encuentra en Suva, capital del archipiélago fijiano. Más del 52 % de la población de las islas es cristiana, el 38% hindúes y casi el 8% musulmanes. La presencia de fieles musulmanes se extiende al mismo tiempo a países melanesios vecinos como Nueva Caledonia, Islas Salomón e incluso Vanuatu. En Nueva Zelanda las últimas cifras disponibles definen aproximadamente a 36.000 ciudadanos como practicantes de la fe musulmana, la gran mayoría de ellos de origen indo fijiano y que en las dos últimas décadas emigraron a aquel país huyendo de las graves crisis políticas en Fiji derivadas de los sucesivos golpes de estado.