`… Rapa Nui. Isla de Pascua , Te Pito te Henua, costó mucho llegar, por siglos, por estos lados. Costó llegar y ahora es difícil salir. El gran silencio de la isla esta sobre nosotros. nos rodea el espacio azul del océano. Sin embargo el antiguo misterio que parecia subsistir debe por fin ser aclarado. Debe tener, esa interrogación, una respuesta. Por eso he declarado esta Declaración solemne. Hoy, 16 de enero de 1971, doy por descifrado el misterio de Isla de Pascua. Antes que Hotu Matua, aqui se estableció el viento. Esta isla era, en verdad, el corazón del viento. El verdadero Ombligo del Mundo. El viento llegaba desde lejos, de Oceania, de Micronesia y Melanesia, de Tonga y de Samoa, de Tuamotu y Mangareva.
El viento creador se detuvo a reposar en esta isla. Estaba ocioso. El cielo y el mar vvían en paz. Entonces el viento recogió con furia las piedras volcánicas. Las amontonó, las sembró, jugó con ellas, las diseminó por la isla. Pero no se quedó contento. Aquí debía vivir. Y así fue la historia. Existieron las culturas del trigo, de los metales. Existió la edad de piedra, la cultura del maiz. esta fue la cultura del viento. Mucho antes que los navegantes de Polinesia. Antes de los reyes. Antes de los descubridores. Antes de los dioses. Antes del fundador: Hotu Matua. Antes de todos ellos fue el viento …´
En 1971 Pablo Neruda inícia los preparativos de viaje a Isla de Pascua para el rodaje ‘ Notas de Chile a través de la poesía de Pablo Neruda ´ en un proyecto de Canal 13 de televisión. Alli permanecera diez díás, durante la filmación leerá un texto: Rapa Nui: declaración solemne.
TE PITO TE HENUA , ombligo del mar grande,
taller del mar, extinguida diadema.
De tu lava escorial subió la frente
del hombre más arriba del Océano,
los ojos agrietados de la piedra
midieron el ciclónico universo,
y fue central la mano que elevaba
la pura magnitud de tus estatuas
Tu roca religiosa fue cortada
hacia todas las líneas del Océano
y los rostros del hombre aparecieron
surgiendo de la entraña de las islas,
naciendo de los cráteres vacíos
con los pies enredados al silencio.
Fueron los centinelas y cerraron
el ciclo de las aguas que llegaban
desde todos los húmedos dominios,
y el mar frente a las máscaras detuvo
sus tempestuosos árboles azules.
Nadie sino los rostros habitaron
el círculo del reino. Era callado
como la entrada de un planeta, el hilo
que envolvía la boca de la isla.
Así, en la luz del ábside marino
la fábula de piedra condecora
la inmensidad con sus medallas muertas,
y los pequeños reyes que levantan
toda esta solitaria monarquía
para la eternidad de las espumas,
vuelven al mar en la noche invisible,
vuelven a sus sarcófagos de sal.
Sólo el pez luna que murió en la arena.
Sólo el tiempo que muerde los moais.
Sólo la eternidad en las arenas
conocen las palabras:
la luz sellada, el laberinto muerto,
las llaves de la copa sumergida.
Pablo Neruda
Rapa Nui