National Geographic en su edición de Julio de 2012 revela a sus lectores la supuesta nueva teoría desarrollada por el arqueólogo Carl Lipo de la California State University y el antropólogo Terry Hunt de la Universidad de Hawai’i que plantea como los antepasados del pueblo polinesio de Isla de Pascua pudieron transportaron los moai, utilizando un sistema de cuerdas y fuerza humana. El ingeniero e investigador checo Pavel Pavel, miembro de la expedición de 1986 a la Isla de Pascua , liderada por Thor Heyerdhal hizo ya `andar´a las estatuas. Charles Love arqueólogo norteamericano hizo lo propio y al año siguiente aunque en lugar de mover al moai basculándolo, lo hizo de pie sobre rieles de troncos a modo de trineo. Para probar esta teoría Lipo y Hunt crearon una réplica de una estatua de cinco toneladas contradiciendo a la tesis más popular de que los polinesios habían trasladado las imponentes estatuas megalíticas haciendo uso de narrias de madera, donde se tendían los moai y se movía a este usando rodillos del mismo material. Sin embargo el terreno de Isla de Pascua es abrupto y pedregoso y las estatuas fueron trasladadas, supuestamente, pendiente arriba y pendiente abajo; lo que sugiere que habría resultado muy complicado mantener un moai en posición vertical mientras este estaba siendo desplazado. En las imágenes del video de National Geohgraphic el moai `camina ´sobre un sendero de tierra llano, sin mostramos por cuanto espacio de tiempo. Entre unas 800 y 1000 estatuas fueron esculpidas en su mayoría en el volcán Rano Raraku, los de menor tamaño son los que más alejados se encuentran de la cantera, sin lugar a dudas en razón de las dificultades de transporte en un terreno extremadamente accidentado como es el de Rapa Nui.
Lipo y Hunt son autores del libro The Statues that walked: Unraveling the Mystery of Easter Island (Free Press, 2011). Cuando iniciaron sus estudios arqueológicos en Rapa Nui en 2001 estos investigadores esperaban encontrar evidencias para respaldar su teoría sobre la técnica de transporte de los moai sin embargo y en esta obra detallan como descubrieron otros aspectos de la historia de Rapa Nui que les sorprendieron y que han suscitado polémica y discusión entre los científicos. Según su trabajo de campo llevado a cabo en Isla de Pascua, estos demuestran que fue poblada mucho más tarde de lo que se creía – profesor de antropología y experto en arqueología el norteamericano Hunt afirmó en un artículo publicado en 2006 en Science que la colonización de Isla de Pascua tuvo lugar en 1200 dC. Del mismo modo se afirma que el frondoso bosque tropical que cubría la isla no fue destruido por los polinesios entregados a la explotación indiscriminada de los recursos naturales , hasta no dejar un solo árbol, planta o especie animal en el paisaje pascuense. Los polinesios fueron unos excelentes gestores medioambientales, las sociedades que se desarrollaron en de las Islas del Pacífico, más que adoptar políticas de explotación de sus recursos poseyeron una tradición distributiva de estos. Los mecanismos sociales se desarrollaron con la intención de conservar y repartir los recursos, particularmente en situaciones en las que estos podían presentar limitaciones considerables o se planteaban crecimientos de población.
Enlaces de Interés: Pavel Pavel & la Isla de Pascua * Charles Love
En sus viajes a lo largo y ancho del Océano Pacífico los polinesios de antaño, antes de emprender expediciones marítimas a la búsqueda de nuevas tierras más generosas o seguras en las que asentarse se procuraron para enfrentarse a la posible precariedad de los recursos, del buen abastecimiento de alimentos, agua, semillas, animales… las ratas fueron embarcadas como fuente de proteínas y en más de una ocasión se colaron en las grandes piraguas de doble casco como polizones; las consecuencias que la presencia de roederos provocó en el medio natural de las Islas del Pacífico no han sido hasta la fecha considerada adecuadamente. Según Hunt las ratas que llegaron a Isla de Pascua acabaron con la vegetación, consumiendo semillas de árboles endémicos, especialmente de la palma de la jubaea (Paschalococos disperta) o palma de Rapa Nui base del bosque primario de la isla.
Otra de las conclusiones es que Rapa Nui no fue dominada por una poderosa jerarquía que regulase la explotación de los recursos naturales o que mantuviese privilegios económicos para asegurarse el control y la autoridad sobre la población, así cómo la existencia de tribus divididas y en permanente estado de guerra. Se sustenta que la construcción de los moai no supuso ninguna carga para los pobladores de Isla de Pascua si no más bien una parte indisoluble y vital de su cultura que les permitió prosperar como sociedad. Para Lipo y Hunt desplazar las estatuas de un lugar a otro fue una tarea sorprendentemente fácil. Por último, aquello que provocó el colapso en Isla de Pascua difiere mucho de los planteamientos de Jared Diamond (Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, Barcelona, Debate, 2006) y otros investigadores anteriores; el contacto de los polinesios con los occidentales al inicio del siglo XVIII, provocó el declive de una de las sociedades más fascinantes que ha dado la historia de la Humanidad.