En la tradición samoana siempre se ha creído que las tortugas salvan a los pescadores perdidos en la mar, llevándolos sanos y salvos a tierra firme. Es un animal sagrado, hecho que indica su propio nombre en samoano, i’ a sa o “pez sagrado”
Los samoanos siempre han cazado las tortugas para alimentarse, y empleado su caparazón para confeccionar brazaletes, peinetas, anzuelos de pesca… En las canciones samoanas y en el arte están presentes, y en algunos lugares como Faga’ itua y Leone en Tutuila (Amerika Samoa) se encuentran hermosos petroglifos que dibujan su figura. La tortuga verde marina o laumei ena’ena (Chelonia mydas) y la laumei uga ( Eretmochelys imbricata) desovan en las playas del atolón de Rose y la isla de Tutuila, donde se encuentra enclavada Pago pago, capital del territorio. Una vez han nacido las crías, estas se alejan de Amerika Samoa y no regresan a su lugar de nacimiento veinte o veinticinco años más tarde, cuando son sexualmente maduras. Allí ponen sus huevos y vuelven a marcharse desde donde vinieron; así una y otra vez hasta su muerte.