El moai de Olot (y III)


Es interesante fijarse en los testimonios que nos dejaron los primeros visitantes europeos del siglo XVIII como Jacob Roggeveen, Felipe Gonzalez de Haedo, James Cook, el conde de Laperousse y otros. Observaron que las gigantescas “estatuas estaban coronadas por una especie de cilindros de color rojo, colocadas hacia adelante en forma de visera. El equilibrio se conseguía por medio de una depresión hecha en el cilindro de turba volcánica roja y en la cual encajaba el vértice de la estatua. La parte alta del cilindro, o pukao, acababa en forma de botón cónico. Su estupor  fue inmenso cuando comprobaron que median hasta 2 metros de alto por casi 2 metros de diámetro. Algunos en forma de canasta, ademas sostenían un montón de piedras blancas y también osamentas humanas. La materia prima de los pukao de la isla de Pascua proviene en su totalidad de la zona volcánica del Punapau, un cráter que se eleva detrás de la población de Hangaroa” en la costa oeste. La escoria volcánica roja en la que se ha tallado el pukao de Olot también proviene de una zona próxima a Punapau.

Se han emitido muchas hipótesis para explicar en que consisten estos grandes cilindros de piedra que ornan las cabezas de los moai. Se han calificado como sombreros, casquetes, turbantes, diademas de plumas, símbolos funerarios y cabellos decolorados con cal. Para Metreaux (Isla de Pascua, p.185): Son en realidad una imitación del fardo  de cabellos, o moño” anudado encima de la cabeza. Es por este motivo que se les designa con el nombre de pukao.

Ahora bien. Si los estudiosos no se han puesto de acuerdo en definir que es exactamente el pukao, tampoco lo hacen a la hora de intentar descifrar su significado: (el porque de su tardía construcción) ni su intencionalidad, ya que parecía ser una costumbre ornamental que se impuso en tiempos no demasiado lejanos. Se pueden formular una serie de preguntas. ¿Porque tan solo lo llevaban algunos moai?, ¿Porque se tomaban la labor tan ardua  de tallar, transportar y colocarlos encima de las altas estatuas?, ¿ Solo por una finalidad estética?, como afirma el gran antropológico Alfred Metraux: Isla de Pascua, p.185) ¿ No seria mas coherente pensar que el hecho de llevar la cabeza cubierta era un signo de la mas alta distinción? Así no es extraño que “los pascuenses mostrasen desde el primer día de contacto con los blancos un gusto muy pronunciado por (toda clase de) sombreros europeos (Metraux: Isla de Pascua, p.92): se los arrebataban al mínimo descuido. Sabían el valor que tenían para ellos.

La realidad es que prácticamente la totalidad de los entendidos consultados ni se  llegaron a formular la pregunta sobre que significado podía tener el pukao encastado en la cima de los moai. Tan solo Thor Heyerdhal en su famosisima obra Aku Aku (p.143, 350 y 360), se atreve a formular una hipótesis coherente con sus historias: ve en el color rojo del pukao una significación simbólica, ya que en su opinión aquellas estatuas de largas orejas que llevaban pukao o sombrero de piedra de color rojo, representaban un recuerdo de aquella raza de hombres de pelo rojo y grandes constructores, – los hanau epe, u “orejas largas o raza robusta”-, que en una segunda invasión habían llegado a la isla procedentes de América del Sur, concretamente del Perú. Estos últimos invasores de cabellos rojizos según su discutida teoría habían sido masacrados por los hanau momoko polinesios u “orejas cortas o raza delgada”. Los supervivientes de los cuales serian hoy día las familias actuales que tienen este distintivo capilar, como los del linaje Atan. Esta es la tradición oral.

También los especialistas en culturas del Pacífico , reconocen que el color rojo, era tenido como atributo de la divinidad entre los polinesios. Por esta razón probablemente los constructores rapanui habrían escogido hani hani, una roca volcánica del color de la sangre, para representar el pukao. Podían haber utilizado en su lugar la cinerita, que también es una toba volcánica o tufo de color blanquecino o gris (Gec, s.v.cinerita), pero prefirieron el hani hani de color rojo oscuro. A estas razones simbólicas creo que se ha de añadir la importancia sagrada que tenia la cabellera: el ariki o rey de Rapa Nui siempre debía llevar los cabellos largos. «De todas las partes del cuerpo, la cabeza era la región mas sagrada”, ya que era donde residía el mana (Metraux: Isla de Pascua, p.109).

Hechas todas estas consideraciones de tipo general, podemos llegar a la conclusión que hasta ahora el moai de Olot permanecía incompleto de significado. Inacabado sin su pukao de escoria roja y sin sus dos ojos de color blanco con pupilas de obsidiana negra, tallados y encastado en esta ocasión por el olotense  Raül Ortiz. Incorporado esos dos elementos esenciales, a partir de ahora es el “rostro viviente” de algún personaje importante que el escultor Manuel Tuki nos ha querido perpetuar.

Quien ha visto los escasos moai de la Isla de Pascua con dos grandes ojos, sabe la intensa impresión visual, casi mágica, que le provoca la contemplación de aquellos gigantes inmóviles con la mirada fija en el infinito. Por algún motivo desconocido para nosotros Mata ki te Rangi (Los ojos que miran al Cielo) era uno de los nombres con los que la Isla de Pascua era conocida desde antiguo. El moai de Olot se añade al restringido número de los que llevan incorporados los correspondientes ojos blancos con pupilas de obsidiana negra y sombreo de toba volcánica roja.

Para finalizar, acabamos de celebrar libre y festivamente el ritual de la colocación de esta voluminosa pieza de toba volcánica (hani hani), traída directamente desde la Isla de Pascua y tallada por el mismo artesano rapanui Manuel Tuki que en 1982 ya había esculpido el moai con piedra basaltica de Castellfollit de la Roca, con la colaboración técnica del albañil olotense Raül Ortiz. También hemos celebrado el antiquísimo ritual rapanui de apertura de los ojos del moai con unos bailes ancestrales, ejecutados por el artista pascuense Dani Huke. Dos actos de gran trascendencia simbólica según la tradicion rapanui, y que han tenido lugar precisamente coincidiendo con el equinocio del otoño en Europa y de la primavera en la Isla de Pascua, el 23 de septiembre en nuestra latitud. Hay que destacar una curiosidad y es  que muchos ahu y moai de la Isla de Pascua han sido construidos encarados hacia la salida del sol cuando tiene lugar el equinocio. Seria interesante comprobar si este fenómeno arqueoastronómico  también se dio en el ahu moai olotense.

Si hacemos un símil con el pasado y la aplicamos a la fiesta cívica de hoy, “ las estatuas de la Isla de Pascua no fueron erigidas por esclavos, si no por hombres libres que se sentían felices de participar en una empresa que se llevaba a cabo a mayor gloria del linaje familiar (y en nuestro caso a todos los habitantes de la población de Olot). Los representantes de las grandes familias que deseaban erigir un nuevo moai sobre el correspondiente santuario, organizaban festines que se preparaban con una gran participación (Metraux: Isla de Pascua,  p.199). Aquí también se ha celebrado este acto histórico y con diversas actuaciones festivas abiertas a todo el publico.

Desde hoy este marae ahu o marae moai olotino entrara a formar parte del patrimonio moderno rapanui en el mundo. Sera como una pequeña porción territorial de la Isla de Pascua trasladado a miles de kilómetros de la metrópoli natural. Este moai acabado, con su pukao y sus ojos ha alcanzado por fin la mayoría de edad. Consagra la denominación definitiva de “Plaça de l’Illa de Pasqua”, nombre oficialmente aprobado el 10 de mayo de 1984. Enriquece el variado patrimonio escultórico publico juntamente con las otras obras singulares de diferentes artistas, épocas y estilos que embellecen los espacios públicos de la ciudad.

Esperemos que tanto el moai o estatua, como el ahu o plataforma que la acoge desde ahora quedaran protegidos legalmente como bienes culturales de primera magnitud a nivel local y que así se hará constar tanto en las guiás artísticas de la ciudad como en las rutas culturales y turísticas para la Garrotxa de los volcanes y de las iglesias románicas.

Deseamos que, de acuerdo con las creencias ancestrales de los Pueblos del Pacífico, el moai desde su actual emplazamiento y su sombreo y sus ojos finalmente incorporados y bien abiertos, mirando a sol naciente, derramará  su energía positiva o mana a toda la gente de Olot en forma de paz, concordia, prosperidad y cultural.

PUKAO & MATA: REFLEXIONES Y SUGERENCIAS ENTORNO A ESTOS COMPLEMENTOS PARA EL MOAI DE OLOT Discurso académico pronunciado en Olot el 23 de septiembre de 2007 por Francesc Amorós i Gonell Centro de Estudios Históricos Internacionales de la Universidad de Barcelona & Asociación Española de Estudios del Pacifico. © Copyright 2007 Francesc Amorós i Gonell.

«Gigantescos moai en las laderas del volcán Rano Raraku». Tarjeta postal  impresa y editada en Cataluña por Motu Iti – Ediciones del Pacífico Sur por iniciativa de Antoni Pujador.

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