Hacia ya algún tiempo que no escuchaba a Manoa Suguta, y al hacerlo, en Tangata O Te Moana Nui, no podemos mas que recomendar su CD Ousenia (Oceanía) grabado en el Oceania Centre for Arts & Culture de la Universidad del Pacifico en Suva, Islas Fiji a principios del siglo presente. Con la colaboración de Sailasa Tora celebre músico y compositor fijiano y Calvin Rore reconocido productor, arreglista, músico y documentalista del archipiélago de las Solomon. Que nadie espere encontrar aquí lánguidos cantos fijianos que inspiren la dulzura y sensualidad de este rincón del planeta . Suguta a través de sus composiciones musicales presenta toda una declaración de principios políticos, religiosos, de identidad cultural y de amor por la tierra y la naturaleza. Sus canciones fusionan los ritmos fijianos a golpe de lali o tambor ahuecado, melodías indostanicas , yidaki aborigen, percusión corporal y flautas de pan de las Islas Solomon. Música tradicional fijiana y sonidos contemporáneos, abriéndose el álbum con Kaci un portentoso discurso que limita con los modos de un profeta en su llamada al orden civil, eran tiempos en los que Fiji había sufrido ya su tercer golpe de estado de la mano del empresario mestizo (kailoma) George Speigh, dividiendo a un más si cabe a melanesios e indios, abanderando un falso nacionalismo que escondía intereses económicos y luchas de poder entre las jefaturas del este y el oeste de la nación melanesia.
Ouseania le precede como acusación aquellos falsos ecologistas que ignoraron y permanecieron en silencio ante el vertido de restos espaciales por parte de Rusia en el Océano Pacifico, definiendo al mismo tiempo Ousenia como un espacio oceánico unificador, un Océano de Islas, en contraposición con la visión colonial de las Islas del Pacifico, como islas insignificantes perdidas en la inmensidad del océano. Noda Viti Vata (Nuestro Fiji Unido) pone en evidencia a aquellos que manejan el poder, reclamando una verdadera democracia para Fiji. Isa Noda Viti (Lamento por Fiji) denuncia el consumismo y la destrucción del medio natural en nombre del progreso. La danza de los Loros o Meke ni kaka continua alabando y expresando amor a la naturaleza a través de sus criaturas, reclamando la conservación de las selva pluvial hábitat de los hermosos loros fijianos. Sin desligarse de las profundas convicciones religiosas que impregnan a la sociedad fijiana de hoy día, transmitida a través de la excelente labor misionera de siglos pasados y la herencia histórica tradicional que sometía a los melanesios a los deseos de un laberíntico panteón de dioses a través de las rígidas y despiadas exigencias de sus jefes. Manoa Suguta recuerda a sus compatriotas en Ro Ivi, que ya Dios los conocía antes de que fuesen creados, que el hombre no tan solo vive de pan (Bula ni Tamata) o poniendo en duda en Vu agilosi ( Creados por Dios) que la existencia de los fijianos se deba al dios serpiente Degei, una creencia fuertemente arraigada a pesar de la influencia cristiana. En definitiva, un músico y un trabajo musical imprescindible para conocer la realidad fijiana del siglo XIX.
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