Un enorme seísmo de magnitud 7,8 en la escala de Ritcher tuvo lugar el jueves a las 9:30 hora local (22:03 miércoles – GMT) al norte de Vanuatu y a 295 kilómetros al noroeste de la isla de Espíritu Santo, enclavada en esta misma nación melanesia. El epicentro de este nuevo terremoto ha sido localizado a 35 kilómetros de profundidad en el océano según informó el Instituto Americano de Geofísica de Denver (Colorado). Treinta minutos más tarde de que se produjese este nuevo temblor en el Océano Pacífico, el Pacific Tsunami Warning Centre (PTWC) en Pearl Harbour (Hawai’i) emitió una alerta de tsunami para Vanuatu, Islas Solomon, Nauru, Papúa Nueva Guinea, Tuvalu, Nueva Caledonia, Fiji, Kiribati, y Wallis & Futuna. Miéntras tanto permanecen vigilantes otros estados y territorios de las Islas del Pacífico como la República de las Islas Marshall, Tokelau, Pohnpei, Chuuk, Yap, Kosrae (Estados Federados de la Micronesia), Marianas del Norte, Palau, Samoa, Samoa Americana, Tonga, Niue, Islas Cook, Guam, Kermadec, Australia, Nueva Zelanda e Indonesia. El Pacific Tsunami Warning Center (PTWC) declaró que el nuevo seísmo no había generado un tsunami y que la alerta estaba basada “únicamente sobre la evaluación del seísmo”, anunciando una hora estimada de llegada de eventuales olas generadas desde el epicentro.
La alerta de tsunami para las Islas del Pacífico ha sido ya cancelada no sin antes provocar muestras de pánico entre los habitantes de esta región del planeta. Las autoridades locales de Nueva Caledonia evacuaron a los residentes en la costa oriental de la Grande Terre y las Islas Loyauté (Ouvéa, Lifou, Maré & Tiga) trasladandolas a zonas más elevadas para prevenirlos de la llegada de grandes olas. En la costa sur de Espíritu Santo trás el temblor de los edificios, la población corrió buscando refúgio en áreas elevadas de la isla. Los habitantes de Tuvalu fueron trasladados al interior no aún así exentos de las posibles consecuencias catastróficas que un tsunami podría ocasionar en estos frágiles y vulnerables anillos de coral que se elevan a escasos metros sobre el nivel del mar. En Samoa el pánico se apoderó de la gente , cerrando todos los comercios, abandonando sus hogares y dejando desierta la capital, Apia. En Port Moresby (Papua Nueva Guinea) el temor a un tsunami dejo el centro capitalino paralizado. En Suva (Fiji) el tráfico se convirtió en un auténtico caos provocado por la huída de los ciudadanos en busca de refugio. Toda la población de las áreas más próximas a la costa fueron evacuadas y las autoridades locales alertaron a los establecimientos hoteleros de trasladar a sus clientes a zonas elevadas más seguras, especialmente a aquellos situados en el área oeste de Viti Levu y las islas del archipiélago de Mamanucas & Yasawa.